Con este concurso concluye todos los anos el curso modelístico. Es como un anticipo de las Navidades y, al igual que suele ocurrir en la mayoría de las competiciones, es el fruto del esfuerzo de un reducido grupo de aficionados que hacen todo lo posible para que este pequeño milagro tenga continuidad. Para ello cuentan con el apoyo de los ayuntamientos de modestas localidades, los cuales siempre están más dispuestos a prestar su apoyo a este tipo de eventos, mientras que los de ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao o Sevilla no aportan el mínimo imprescindible para hacer viable un concurso de estas características.
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